Medios de comunicación de más de 108 países retransmitiendo el día a día de una semana cargada de pensamientos, reflexiones y sentimientos pocas veces experimentadas.
Convivencia diaria con miles de personas procedentes de más de 200 países de los 5 continentes del mundo, con un camino en común, con una misma meta, “seguir y conocer a Jesús”.
Conversaciones y charlas realizadas en un total de 7 lenguas diferentes, pero todas con un mismo mensaje, un mensaje dirigido a profundizar en nuestra propia fe.
Convivencia diaria con miles de personas procedentes de más de 200 países de los 5 continentes del mundo, con un camino en común, con una misma meta, “seguir y conocer a Jesús”.
Conversaciones y charlas realizadas en un total de 7 lenguas diferentes, pero todas con un mismo mensaje, un mensaje dirigido a profundizar en nuestra propia fe.
Una experiencia única, que ha logrado mostrarme que tenemos que seguir hacia adelante, continuar fortaleciendo nuestras creencias, a seguir fortaleciendo nuestra fe, fe que en un futuro tendremos que inculcar a nuestros hijos, del mismo modo que nuestros padres y abuelos han intentado enseñarnos a nosotros. Pero como me decía un sacerdote en el parque del retiro, “esa fe de vuestros padres y abuelos ya no vale, debéis renovarla, rejuvenecerla, cambiarla. Debéis limpiar la cara aburrida y antigua de la iglesia, y hacer ver que esto es vida y fiesta. Somos hijos de un mismo padre y debemos vivir alegres.” Y este es nuestro trabajo. Llegamos a Madrid como peregrinos y ahora tenemos que dar testimonio de lo vivido. Expresar que hemos formado parte de algo muy grande. Que hemos sido uno de esos más de dos millones de jóvenes cristianos que no tienen miedo de decir que lo son. Que no es que ahora tengamos que ir por las calles de Montijo cantando: “esta es la juventud del papa” o “somos iglesia joven”. Pero tampoco agachar la cabeza y escondernos. Porque yo, por lo menos, me he dado cuenta de que no somos pocos, es más, somos millones. Y ahora debemos hacer que seamos muchos más. A las generaciones siguientes debemos decirles que estuvimos en la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, y que aprendimos a no tener miedo, a expresar un amor incondicional a Dios.
Esta Jornada Mundial de la Juventud , me ha mostrado un camino a seguir, me ha hecho pensar que Dios tiene que ser todo en nuestra vida. Debemos compartir el mensaje que Cristo quiere hacer llegar a futuras generaciones de católicos, base fundamental de esta pasada Jornada Mundial de la Juventud. Para mí ha sido maravillosos haber tenido la oportunidad de compartir mi fe con tantos jóvenes católicos de todo el mundo. Y lo mejor que me llevo de esta Jornada es el haber podido darme cuenta de que existen infinidad de formas de participar en la iglesia de una manera directa sin la necesidad de ser sacerdote, monje o monja. Me encantaría poder participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2013 en Rio de Janeiro, y espero que así sea. Y ahora no podemos decir que no, debemos decir “Hágase en mí según tu palabra”, debemos decir “Sí” a Cristo como María, debemos dejarnos guiar por nuestra madre, llena de un amor ciego a su hijo y a Dios. Seamos guías a pequeña escala pero siempre pensando que hacemos algo muy grande, como hemos podido experimentar, y saber desde ahora que ¡no estamos solos!
Jóvenes montijanos e indios en la Parroquia de San Pedro |
En la Parroquia de San Gregorio |
Rubén Molano
Hermano
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