Cuando
un amigo y un hermano cofrade se va sólo pasan por la memoria recuerdos,
palabras y momentos vividos durante un tiempo, un tiempo que ha sido feliz. Un
tiempo en el que hemos sufrido, pero nos hemos alegrado al ver como poco a poco
hemos ido realizando acciones. Hermano, un tiempo que hemos tenido el placer y
el honor de poder compartirlo contigo reunión tras reunión, evento tras evento,
Eucaristía tras Eucaristía, procesión tras procesión.
A veces pensamos que nunca van a llegar los temibles y odiados tiempos malos, son momentos muy duros para la familia y amigos pero nos quedamos con tu ejemplo de compromiso, entrega y unidad. Siempre con todos los detalles en mente para no olvidar nada, siempre contando con todas las personas, siempre dando buenos consejos, siempre luchando y siempre estando ahí hasta el último momento, hasta la última procesión, hasta el último día.
Jesucristo decía “amaos los unos a los otros, en esto conocerán que sois mis discípulos”. Tu Cofradía siempre podrá decir, en esto sabrán que has sido nuestro discípulo, nuestro amigo y nuestro Hermano Mayor”.
Ahora nos toca un tiempo de reflexión y de escucha allá donde estés, seguro que muy cerca de Dios, nuestro padre. Desde allí te seguiremos escuchando para seguir todos los Miércoles Santo en Montijo con el camino de la Cruz portada por Nuestro Padre Jesús Nazareno ayudado por Simón de Cirine y con el amor de Nuestra Señora de la Piedad.
Hermano Abraham, descansa en paz.
Tu Cofradía nunca te olvidará.
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