Del amor solo tenemos dos experiencias ciertas, una de ellas
(aunque sea de manera equivocada), es cuando nos conciben, la otra cuando
muramos y descansemos en sus brazos. Mientras, la mayoría de nosotros, solo
acabamos las estribaciones como malos montañeros. Los únicos que escalan y
llegan, van sin mochila de necesidades y deseos. En la cima, la experiencia
argumenta por los otros como parte de uno mismo, unidad de la “misma carne”, y
nadie se “cierra a su propia carne”.
Está mal vista la compasión. Sí. Pero com-padecer, padecer lo de los
otros, es el sentimiento humano por excelencia, el que más nos humaniza, el que
es capaz de redimirnos. No es lástima sino compartir la experiencia, buena o
mala y más la buena que la mala, porque a lo largo de nuestra vida, salvo de
aquellos a los que condenamos a sufrir las injusticias que generamos, son más
las buenas que las malas. Y, probablemente, nos cueste más la com-pasión con
las buenas que con las malas. Reivindico la compasión.
Si eligimos la libertad, probablemente nos tengamos que conformar con
la soledad. Esto no es un pensamiento mío, me lo enseñó el maestro Facundo
Cabral, pero lo hago mío, porque si no hay libertad no hay individuo, y mira
por donde, si hay algo a lo que no debo renunciar es a ser yo. Y el que es
individuo, se convierte en individual, tarde y temprano, solo. Claro, que
también dice Cabral, que quizá ese sea el premio, la soledad. Sí, ese es el
premio, porque la soledad es una certeza; nacemos, vivimos y morimos en
soledad. Todo lo que nos encontremos de compañía durante unos metros del camino
es regalo. Pero seguiremos solos. También lo dijo León Felipe: para cada uno,
“un camino virgen”.
Recordar el pasado no deja de ser un error añadido a los
errores, porque lo que hemos vivido nos ha superado, porque para nosotros, ya
es haber muerto. Nunca podremos recuperar ayer, solo nos queda lo que nos queda
de hoy, y, si hay suerte, mañana cuando luzca el sol. Lo duro es considerar
ayer como bueno y lo que está por venir como difícil. Es que somos valientes a
toro pasado, sorprendidos espectadores de lo que nos toca en esta hora y
temerosos actores de la obra a representar el papel futuro. ¡Ah! la película la
vemos, como los malos sueños, en blanco y negro.
Las experiencias más vívidas, casi siempre tienen que ver con
nuestras frustraciones y no con nuestros logros. Es más, incluso cuando
hablamos de nuestros triunfos, en realidad lo hacemos con la amargura del que
sabe que no sacó todo el provecho que podría haber sacado. Somos insaciables. Y
cuando olvidamos experiencias y nos las recuerdan como logros nuestros, sabemos
que no le dimos importancia porque no pudimos sacar más jugo de ellas. Solo hay
una experiencia que recordamos como la mejor, la que más nos gustó, la que nos
hizo feliz, por eso retornamos a ella cuando volvemos a la postura fetal. Y no
era una simple postura física.
Para terminar. Un episodio de Correcaminos (bip, bip), el Coyote, intenta
confundirle con un cartel, para que se desvíe y caiga en la trampa que le ha
preparado. Cuando pasa Correcaminos, muestra un cartel que pone: “Los
Correcaminos, no saben leer”. Lafacukur.
________________________
P.S.: El capítulo de Correcaminos, al que hace referencia el escrito es un fake (mentira, falso), en el que el Correcaminos es merendado por el Coyote. Pero es un capítulo "remendado", para dar justo fin (según algunos, como yo) a la aventura. El palabro "Lafacukur", parece ser un seudónimo del autor, que sale justo donde debería estar un cuchillo. Es una broma. Aquí me sirve para poner fin al escrito. Solo eso.
________________________
P.S.: El capítulo de Correcaminos, al que hace referencia el escrito es un fake (mentira, falso), en el que el Correcaminos es merendado por el Coyote. Pero es un capítulo "remendado", para dar justo fin (según algunos, como yo) a la aventura. El palabro "Lafacukur", parece ser un seudónimo del autor, que sale justo donde debería estar un cuchillo. Es una broma. Aquí me sirve para poner fin al escrito. Solo eso.
Casimiro Muñoz
Párroco de Lácara, capellán del Convento de Santa Clara y adscrito a San
Gregorio.
(Artículo publicado el 29 de marzo de 2011 en http://cememe.blogspot.com.es/2011/03/reflexiones.html)
No hay comentarios:
Publicar un comentario