HASTA SIEMPRE, ELISA
Miércoles Santo de 1941, fecha emotiva e histórica en el
recuerdo de los hermanos penitentes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y
Nuestra Señora de la Piedad. Miércoles
Santo de 1990, han transcurrido 49 años, nos acercamos a la celebración de las
Bodas de Oro de la Fundación,
ya nuestra meta es abril de 1991, qué alegría para todos conmemorar esta
efeméride , ¡cuántos planes e ilusiones!. Pero la fatalidad con su invisible
mano poderosa torna lo alegre en trágico, lo dulce en amargo hiel, y hace que
la festividad se oscurezca con negros nubarrones de luto y dolor.
Un eslabón muy vital de la cofradía se ha roto, una
persona muy queridas por todos ha dejado de existir, Elisa, nuestra entrañable
Elisa, la Camarera Mayor
de la Virgen
de la Piedad
ha muerto, se ha ido a la Patria Celestial,
se ha ido a la Casa
del Padre, Dios se la ha llevado. Él sabrá sus motivos, nosotros en la miseria
que nos envuelve no logramos entenderlo, el dolor y la pena que sentimos nos
cierra los sentidos, una y otra vez la misma pregunta, Señor, ¿por qué te la
has llevado?, Elisa, ¿por qué nos has dejado?, si aún hacías falta entre
nosotros, si aún eras muy útil; en los días anteriores a nuestra procesión,
eras activa, alegre, sin pesarte el trabajo, no ye importaba coger una escoba y
barrer o una fregona y fregar los suelos de Jesús, lo hacías movida por la Fe, movida por la ilusión para
que la imágenes de Cristo y la
Virgen salieran a la calle con toda la hermosura, que el amor
que sentías por Ellos te desbordaba, lo has demostrado durante más de veinte
años siendo camarera fiel y fervorosa, no has faltado a la cita anual, incluso
vistiendo los negros lutos de viuda y transformando tu pena en servicio a
ellos.
Este año tus manos no darán el toque final a la túnica
del Nazareno y al manto de la
Virgen de la
Piedad, tus manos no colocarán los claveles a la Virgen, perdónanos si desde
el Cielo ves que están torcidos, de ahora en adelante lo tendremos que hacer
sin tí, aunque sabemos que cada Miércoles Santo contaremos con tu ayuda y nos
darás tu aprobación porque sabes que lo hacemos con pocos medios pero con mucha
Fe y amor.
Comentabas el año pasado que tu gran ilusión sería bordar
el manto de la Virgen,
hacerle una nueva túnica al Cristo y ver arreglada la Ermita de Jesús convertida
en ruinoso trastero, tan solo lo último se está haciendo realidad, pero tus
ojos no lo van a ver, la muerte con su implacable guadaña los ha cerrado para
siempre; decías también mirando a Ella que estaba más hermosa que nunca, y es
que te estabas acercando día a día a Ella, ibas lentamente a su encuentro.
Estamos convencidos que después de tus hijos y nietos la Cofradía era tu gran
ilusión, qué feliz se te veía acompañando a la Virgen ataviada con la
mantilla española.
Pero tu vida se apagó un triste y oscuro día de
diciembre, te fuieste como viniste, en silencio, despacio, con humildad y al
encuentro de tu Jesús Nazareno y tu Virgen de la Piedad, ya estás en su
presencia, ya eres inmensamente feliz con ellos, ya eres partícipe de la
recompensa de los que como tu han vivido una vida cristiana, y por eso te
decimos: Pídele a Dios que nos ilumine, pídele que nos fortaleza en la Fe, pídeles que seamos
constantes, que no abandonemos la
Cofradía y le profesemos el mismo amor que durante doce años
con tu ejemplo nos enseñaste.
Quisiéramos estar dotados de hábil pluma e ideas
literarias suficientes para poder expresarte con hermosas frases nuestro
agradecimiento, pero en la imposibilidad de ello desde estas pobres lineas te
decimos: Gracia Elisa, por tu dedicación a la Cofradía, gracias en
nombre de los que componemos la directiva.
Que Jesús Nazareno y la Virgen de la Piedad te
den el sitio que sólo corresponde a los bienaventurados y los justos.
HASTA SIEMPRE ELISA, vivirás siempre en nuestro corazón y
en nuestro recuerdo.
La
directiva de la Cofradía Jesús
Nazareno.
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