viernes, 22 de junio de 2012

¿y esto es todo?



Escribo este artículo a día 17 de junio de 2012, me he pasado la tarde estudiando una asignatura sobre la que muy confortantemente vertería cientos de improperios y me temo que los próximos cuatro días tendrán la misma pinta. Un posible escenario que se me plantea es: llego, hago el examen y lo apruebo (o no). La acumulación de aprobados me llevará a terminar la carrera. La carrera a un puesto profesional, un sueldo. ¡genial!



Y le pregunta que me surge es, ¿y eso es todo? ¿Es ese sueldo el que me ha llevado a abandonar mi pueblo cargado de ilusiones [ilusiones, bonito término]? ¿el que me ha hecho aguantar tantas lágrimas y disgustos en estos años? ¿el que me ha levantado de los tropiezos? ¿todo lo hago por un simple sueldo?.

Venimos de vivir una época gloriosa en que los sueños se dimensionaban en euros y la dignidad se medía por televisiones de plasma. Venimos de unos años donde el norte lo marcaba Levi’s y nuestras ilusiones las diseñaban en Audi o Carolina Herrera. Años en los que no te sentabas en un excusado cualquiera, sino en piezas de porcelana elevadas a la categoría de gemas.

Volviendo a mi pregunta, los jóvenes que en breve saldremos al mercado laboral (también los que recientemente lo hicieron y los que en breve se incorporarán a la carrera universitaria) vieron como futuro lo marcaban sueños de riqueza y grandeza profesional que les llevaban a afrontar asignaturas de resignación a cambio del oro prometido.

Queridos todos, el oro no llegó. 


Nos encontramos ante una juventud desesperanza, necesitada de recuperar las ilusiones que un día creyeron sentir y que fueron camufladas por un contrato con muchos ceros. La familia, el buen hacer, la solidaridad, la satisfacción personal, la cultura, servir a los demás, etc. Necesitamos reencontrarnos con los valores verdaderos, los que nos llenan de ganas para afrontar el futuro sea lo difícil que sea. No entiendas que no vas a encontrar dificultades siguiendo este modelo, la coyuntura actual es verdaderamente mala, pero garantizando tu integridad personal, teniendo claras tus metas, tus metas VERDADERAS, las sabrás afrontar, sabrás dar las vueltas que hagan falta. A ti, joven, te doy ánimos para que busques dentro de ti y encuentres tu sueño. De ahí a cumplirlo, sólo hay un paso.

Pedro J. Chávez    
Estudiante Universitario.
Asociación Jesús Resucitado. Montijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario