martes, 26 de febrero de 2013

Artículo revista Semana Santa 1990



HASTA SIEMPRE, ELISA


          Miércoles Santo de 1941, fecha emotiva e histórica en el recuerdo de los hermanos penitentes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Piedad. Miércoles Santo de 1990, han transcurrido 49 años, nos acercamos a la celebración de las Bodas de Oro de la Fundación, ya nuestra meta es abril de 1991, qué alegría para todos conmemorar esta efeméride , ¡cuántos planes e ilusiones!. Pero la fatalidad con su invisible mano poderosa torna lo alegre en trágico, lo dulce en amargo hiel, y hace que la festividad se oscurezca con negros nubarrones de luto y dolor.
            Un eslabón muy vital de la cofradía se ha roto, una persona muy queridas por todos ha dejado de existir, Elisa, nuestra entrañable Elisa, la Camarera Mayor de la Virgen de la Piedad ha muerto, se ha ido a la Patria Celestial, se ha ido a la Casa del Padre, Dios se la ha llevado. Él sabrá sus motivos, nosotros en la miseria que nos envuelve no logramos entenderlo, el dolor y la pena que sentimos nos cierra los sentidos, una y otra vez la misma pregunta, Señor, ¿por qué te la has llevado?, Elisa, ¿por qué nos has dejado?, si aún hacías falta entre nosotros, si aún eras muy útil; en los días anteriores a nuestra procesión, eras activa, alegre, sin pesarte el trabajo, no ye importaba coger una escoba y barrer o una fregona y fregar los suelos de Jesús, lo hacías movida por la Fe, movida por la ilusión para que la imágenes de Cristo y la Virgen salieran a la calle con toda la hermosura, que el amor que sentías por Ellos te desbordaba, lo has demostrado durante más de veinte años siendo camarera fiel y fervorosa, no has faltado a la cita anual, incluso vistiendo los negros lutos de viuda y transformando tu pena en servicio a ellos.
            Este año tus manos no darán el toque final a la túnica del Nazareno y al manto de la Virgen de la Piedad, tus manos no colocarán los claveles a la Virgen, perdónanos si desde el Cielo ves que están torcidos, de ahora en adelante lo tendremos que hacer sin tí, aunque sabemos que cada Miércoles Santo contaremos con tu ayuda y nos darás tu aprobación porque sabes que lo hacemos con pocos medios pero con mucha Fe y amor.
            Comentabas el año pasado que tu gran ilusión sería bordar el manto de la Virgen, hacerle una nueva túnica al Cristo y ver arreglada la Ermita de Jesús convertida en ruinoso trastero, tan solo lo último se está haciendo realidad, pero tus ojos no lo van a ver, la muerte con su implacable guadaña los ha cerrado para siempre; decías también mirando a Ella que estaba más hermosa que nunca, y es que te estabas acercando día a día a Ella, ibas lentamente a su encuentro. Estamos convencidos que después de tus hijos y nietos la Cofradía era tu gran ilusión, qué feliz se te veía acompañando a la Virgen ataviada con la mantilla española.
            Pero tu vida se apagó un triste y oscuro día de diciembre, te fuieste como viniste, en silencio, despacio, con humildad y al encuentro de tu Jesús Nazareno y tu Virgen de la Piedad, ya estás en su presencia, ya eres inmensamente feliz con ellos, ya eres partícipe de la recompensa de los que como tu han vivido una vida cristiana, y por eso te decimos: Pídele a Dios que nos ilumine, pídele que nos fortaleza en la Fe, pídeles que seamos constantes, que no abandonemos la Cofradía y le profesemos el mismo amor que durante doce años con tu ejemplo nos enseñaste.
            Quisiéramos estar dotados de hábil pluma e ideas literarias suficientes para poder expresarte con hermosas frases nuestro agradecimiento, pero en la imposibilidad de ello desde estas pobres lineas te decimos: Gracia Elisa, por tu dedicación a la Cofradía, gracias en nombre de los que componemos la directiva.
            Que Jesús Nazareno y la Virgen de la Piedad  te den el sitio que sólo corresponde a los bienaventurados y los justos.
            HASTA SIEMPRE ELISA, vivirás siempre en nuestro corazón y en nuestro recuerdo.

La directiva de la Cofradía Jesús Nazareno.

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